Consejos para encontrar un buen dentista

Consejos para encontrar un buen dentista

Si has estado aplazando visitar a un dentista por temor al dolor o a un gasto elevado, no eres el único; por lo menos una de cada diez personas que tienen los recursos económicos y el acceso a los servicios odontológicos pasa incluso años sin visitar a un profesional en esta materia.

Cuando un fortísimo dolor de muelas nos obliga finalmente a actuar, solemos pedir a un conocido que nos recomiende a un dentista, o lo escogemos en Internet o en la publicidad que vemos en los medios de comunicación. El dentista escogido suele ser competente y honesto. Sin embargo algunos, una minoría, son incapaces, deshonestos o ambas cosas.

A continuación ofrecemos algunos consejos basados en informes emitidos por personas competentes y entendidas en esta materia, que podrán ayudarte a escoger un buen profesional.

En primer lugar, asegúrate de que el odontólogo que vas a consultar está colegiado y que la consulta está inscrita en Sanidad.

No ignores el consejo de amigos en cuanto a recomendaciones, pero evalúalo con sentido crítico. Consulta durante cuánto tiempo han sido pacientes del dentista que recomiendan. Si están impresionados por la conducta del profesional en una o dos visitas, esta opinión deberá tener menos peso que si, por ejemplo, el profesional ha atendido a la familia durante años. Pide también que te expliquen el trabajo que les hicieron. Mantente escéptico si solo alaban las extracciones sin dolor; pero otorga mayor consideración si mencionan que el profesional insistió en salvar piezas que los propios pacientes creían perdidas. Además valora si fue amable al contestar las dudas que le plantearon y si fueron razonables sus honorarios.

No caigas en el error de suponer que los dentistas organizados en grupo garantizan una mejor atención y precios menores por el solo hecho de compartir sus costos. Una clínica que trabaja sola debe conseguir y conservar a sus pacientes por los méritos de su propio trabajo, y no por la seguridad que le brinda un centro que pertenece a una cadena o que es una franquicia. Aunque va contra los intereses del grupo tener entre sus miembros a un dentista incompetente o insensible, muchos permiten que entren en el grupo por criterios puramente económicos y corrompan su hoja de servicios, llegando en ocasiones a trabajar a destajo en algunos consultorios.

De cualquier modo, en la primera visita podrás descubrir muchos factores sobre su competencia. Ten muy en cuenta si no te interrogan minuciosamente sobre tus antecedentes dentales y médicos. Antes de iniciar cualquier tratamiento, deberán preguntarte si eres alérgico a algunos anestésicos, antibióticos u otros medicamentos. También querrán saber si te han diagnosticado diabetes, hemofilia o alguna enfermedad cardiaca. En todos estos casos, el tratamiento dental debe realizarse con más cuidado que el habitual.

Uno de los primeros pasos que el dentista debe seguir es obtener una radiografía de toda la dentadura. En la visita inicial, un buen dentista jamás pasará por alto un examen minucioso de dientes y encías. En seguida deberá mostrar, explicándote con detalle, el curso del tratamiento que planea efectuar y el costo de cada trabajo, entregando un presupuesto. Huye de tratamientos gratuitos: el trabajo de una persona tiene un coste. Si es «gratis», su calidad suele ser dudosa o te lo cobran por otro lado.

Ten mucho cuidado si un dentista nuevo te propone de buenas a primeras cualquier extracción. Pregunta si no hay forma de salvar la pieza. A simple vista, extraer un diente muy dañado puede parecer más económico que someterse al costoso tratamiento del conducto radicular, Cuando una pieza ha sido extraída, la estabilidad de las piezas adyacentes termina por perderse, y recuerda que ni el puente dental o el implante mejor hecho reemplazan igual a los dientes propios, ya que ahora la presión al masticar debe ser soportada por las piezas a las que se ha fijado el puente, o sobre el implante.

Si ya has perdido algunos dientes, los implantes pueden ser la mejor opción. Pero sé muy cauteloso con la calidad de los implantes, las medidas higiénicas del local y los medios utilizados para esterilizar.

Una prueba para saber si has encontrado un buen dentista será el énfasis que él le dé a la conservación de tu dentadura. Por ejemplo, en las higienes ulteriores, eliminará por completo el sarro y la placa bacteriana, raspando cuidadosamente entre los dientes y bajo los bordes de las encías para asegurar su eliminación total. Por último, te enseñará la forma de cómo cepillarse y usar apropiadamente la seda dental con regularidad, como una forma de prevenir la acumulación de la placa.

La prevención, las revisiones y las higienes periódicas son la mejor manera de mantener una boca sana.

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