Es habitual ver a niños que tienen sus dientes delanteros separados. Este hueco entre los incisivos suele aparecer en pequeños con dientes de leche y la tendencia es que vaya corrigiéndose a medida que el niño crece.
Qué es la diastema
La separación entre dientes se denomina diastema. Aunque es más frecuente encontrarla en los dos incisivos superiores, puede aparecer en cualquier otro par de dientes.
Las causas pueden ser varias. Una de las más comunes es una diferencia de tamaño entre el maxilar superior y los propios dientes, y es que, a veces, las piezas dentales son más pequeñas y por eso aparecen estas separaciones.
Cuando a los niños les salen los primeros dientes, estos tienen tanto espacio para desarrollarse que resulta normal que se sitúen separados entre ellos. Lo más habitual es que, cuando ya les salen las muelas y el resto de la dentadura, los dientes terminen por juntarse.
Otra de las causas comunes de la diastema es tener frenillo. El frenillo es una membrana que une la encía y el labio superior y que, en ocasiones, crece más de lo normal y termina por ocupar el espacio entre los dos incisivos centrales.
Además, cuando los incisivos laterales crecen muy pequeños, los centrales suelen juntarse a ellos para evitar dejar huecos, lo que también produce diastema.
La diastema en sí misma no constituye un problema para la salud bucodental. Sin embargo, las personas que tienen esta separación entre dientes suelen recurrir a tratamientos para corregirla por motivos estéticos.
En el caso de que haya una desalineación en la mordida, sí que se recomienda iniciar un tratamiento para solventarlo, ya que las mordidas cruzadas pueden causar problemas a largo plazo. Veamos cómo solucionar los dientes separados.
Tratamientos para los dientes separados
Tratar dientes separados es sencillo. En primer lugar, hay que establecer la causa por la que se tiene este espacio interdental. A partir de ahí, el odontólogo nos recomendará un tratamiento u otro.
Cuando la separación es causada por un frenillo demasiado desarrollado, lo normal es realizar una frenectomía, es decir, un pequeño corte en la membrana para eliminarla o para reducir el tamaño de esta.
Esta pequeña cirugía no comporta ningún riesgo y se hace de manera ambulatoria, con la aplicación de un poco de anestesia local.
Después de cortar el frenillo, los dientes suelen volver a su lugar por sí solos. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesario proporcionarles una pequeña ayuda en forma de ortodoncia.
Otro tratamiento para la diastema es, precisamente, la ortodoncia. En este caso, puede tratarse de brackets o de ortodoncias invisibles. El movimiento de los incisivos centrales puede afectar al resto de piezas, que ya habrán ocupado su lugar teniendo en cuenta las paletas.
Cuando se mueve una pieza dental el resto también se ve afectado por esta circunstancia, por lo que debe ser considerado por el odontólogo u ortodoncista.
Además de la ortodoncia y la frenectomía, los dientes separados pueden corregirse con unas bandas que se colocan en la parte interior de la pieza dental y que la van empujando hacia su lugar. También se pueden emplear retenedores, que cumplen la misma función que las bandas y empujan al diente hacia su posición final.
En el caso de que las piezas sean muy pequeñas o que existan desperfectos estéticos podemos recomendar colocar unas carillas o coronas para mejorar la sonrisa, como medida exclusivamente estética.
Si tienes los dientes separados y quieres saber cuál es la mejor manera de corregirlos, no dejes de consultarnos. Te ayudaremos a encontrar la solución que mejor se adapte a las circunstancias de tu boca y te asesoraremos acerca de los diferentes tratamientos a los que puedes someterte. Corregir la diastema es sencillo: infórmate sin compromiso y lo comprobarás.