¿Qué es la blancorexia? Conócela y evítala

¿Qué es la blancorexia? Conócela y evítala

Las visitas al dentista ya no son solo cuestión de salud. La gente ahora se preocupa por tener una boca bonita, además de sana. Un buen ejemplo es el auge que se ha producido en los últimos años en la demanda de tratamientos para conseguir unos dientes más blancos. ¡Pero, cuidado! El uso incorrecto de los productos de blanqueamiento dental puede perjudicar tu dentadura. Y la obsesión por unos dientes blancos, también.

En qué consiste un blanqueamiento dental

La función de los blanqueamientos dentales es eliminar las manchas que aparecen en los dientes fruto del tabaquismo, así como la coloración que producen ciertos alimentos. Esta pigmentación se debe a que el esmalte es una superficie porosa y, por ello, permite la absorción de compuestos orgánicos.

Para deshacer estos compuestos se utilizan agentes blanqueadores como el peróxido de carbamida o el peróxido de hidrógeno, en ocasiones potenciados con una luz de alta intensidad (LED, halógena, plasma, ultravioleta). Para aplicar el producto blanqueante, primero se pone este sobre una férula y luego se coloca la férula en la arcada dentaria. Para que el tratamiento sea efectivo, la aplicación debe mantenerse varias horas al día por espacio de una o dos semanas. Los tratamientos pueden llevarse a cabo en la consulta del odontólogo o en casa con la debida supervisión.

Pero el blanqueamiento dental no está exento de peligros. Al tener que penetrar en la dentina para deshacer los compuestos orgánicos responsables de la coloración, el gel puede producir sensibilidad al frío durante el tratamiento. Por otra parte, si bien el uso de una luz intensa reduce el tiempo de exposición al gel blanqueador, es muy importante proteger antes las mucosas para no dañarlas.

Asimismo, tanto el paciente como el odontólogo, deben protegerse los ojos con unas gafas especiales. Y también es preciso tener en cuenta que el efecto de la luz permanece tras la aplicación, por lo que hay que abstenerse de fumar o tomar ciertos alimentos (café, té o refrescos) en las horas siguientes.

Por lo general, una correcta higiene bucal y una limpieza profesional un par de veces al año son suficientes para mantener los dientes blancos. Cuando estas medidas fallan, se recomienda recurrir a un blanqueamiento dental.

No obstante, los tratamientos solo deben realizarse en una boca totalmente sana, porque la presencia de caries, periodontitis u otras afecciones bucodentales puede tener efectos perjudiciales. Y siempre es recomendable hacer una limpieza previa a la aplicación del tratamiento blanqueador.

Consecuencias de la blancorexia dental

La obsesión con el blanqueamiento dental se denomina blancorexia. No se trata de querer tener los dientes más y más blancos, sino de someterse a tratamientos blanqueantes aunque ya no se puedan tener más blancos.

Cuando esto ocurre, se pone en peligro la salud bucodental. Pueden producirse erosiones en la mucosa, irritación de las encías, desmineralización del esmalte e incluso daños en la pulpa dental. Y, en los casos más graves, se puede provocar la pérdida de alguna pieza.

A veces, la blancorexia se da en personas que creen, equivocadamente, que los dientes coloreados se deben a falta de higiene o a un problema de salud. Pero lo cierto es que la tonalidad de los dientes viene también determinada por factores genéticos. Por eso, los dientes pueden tratarse para que recuperen su blanco natural, pero nunca más allá. Dicho de otro modo, el límite lo pone la propia dentadura y no el paciente; ni siquiera el dentista.

Ahora ya sabes qué es la blancorexia y los problemas que puede acarrear. Si quieres obtener resultados profesionales y eludir los peligros del blanqueamiento dental sin supervisión, ponte en las manos expertas de los odontólogos de la Clínica Dental Barcelona.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *